miércoles, 17 de abril de 2013

El grupo de mil cuentos



Avanzo por la senda que llevaba hasta la casa, dejando el auto a la orilla de la carretera.
Perdio la nocion del tiempo y pronto la envolvio la noche. 
En el periodico local necesitaban una nota de color. Algo banal para cubrir un espacio en blanco en una columna que nadie lee. 
Con ese fin la enviaron a cubrir "La reunion del grupo de los mil cuentos". 
La sobria construccion de madera se alzaba sobre la espesa bruma nocturna. Al acercarse se percato de los dibujos sobre los marcos de las puertas y ventanas. Pequeños bajorrelieves tribales semejantes a pajaros. El portico tenia colgados cazadores de sueños, plumas y otros objetos tallados. Al intentar golpear la puerta esta se abrio helando su sangre. Tanto como cuando vio la espectral figura que la invitaba a entrar y unirse al grupo que, detras de el, estaba espectante a la visita.
La entrevista con "El grupo de los mil cuentos" habia sido concertada para la semana siguiente; pero, por una fuerte discucion con su novio decidio ausentarse, aquella noche, de su apartamento en el centro de la ciudad. Anticipo la reunion sin informar a su editor. Nadie sabia que ella estaba en aquella casa.
En el centro del salon habia una pequeña hoguera rodeada por piedras azules. Entorno a ellas estaban sentados unos 10 hombres y mujeres de diferentes edades. Con rostros austeros algunos, sosegados y hasta felizes otros; pero todos con ojos atentos y puestos en la chica que, hermosa y simpatica, ingrezaba para unirseles en la ronda.
Tras presentarse la perdiosta y de forma intempestiva, una joven tomo la palabra:
-"Me sucedio que... cuando vi la cabeza de mi novio caer hacia adelante nunca supuse que lo que en realidad estaba haciendo era esquivar un cartel que habia caido de su mastil, quedando paralelo al piso y a muy baja altura. El filo sel cartel fue lo que se hundio en mi cuello, cortandome la cabeza. Entonces mori".
Un hombre dijo: -"Yo mori de cancer... tenia cuarenta años. Era joven, fuerte... y engreido. Enfermedad maldita, nada se pudo hacer".
-"¿Que tiene de entretenido, divertido o incluso interezante el contar historias de como uno se imagina una muerte? Nada".
Pensaba la periodista.
-"Yo mori de un disparo de bala, cuando...".
-"Tiempo perdido y para nada diver.... ". Y callo en un profundo sueño mientras las historias continuaban siendo contadas a su alrrededor.
Un paseo por el parque, entre flores y pajaros, con su novio es un sueño lindo y apacible, que termina en pesadilla cuando el descubre que ella tiene un amante y ha suspendido la boda porque no sabe a cual de los dos ama realmente. Todo termina en gritos, reproches... golpes.
La voz chillona de la pequeña la desperto sobresaltada: -"...fueron ellos que con sus mentiras me llevaron a la horca, a suicidarme...".
Aterrorizada por sus pesadillas, las historias, la marca de la soga en el cuello de la niña.
La perforacion de bala que mostraba el hombre orgulloso; el estado decrepito, enfermizo del canceroso... el panico, el grito.
Se arrastro hacia el rincon mientras los del grupo la observaban fijamente. Se pusieron de pie rodeandola, acosandola.
-"Cuenta tu cuento". Le decian con voces profundas.
-"No. Yo estoy viva". Gritaba, sollosando de terror.
La voz salio de la nada; ninguna boca pronuncio aquellas palabras: -"Aqui no hay lugar para los vivos".
Entonces su rostro se ilumino. Incorporandose, enjugo sus lagrimas, inspiro profundamente y lentamente solto el aire: -"Esta bien. Yo mori cuando..." 


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